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Impulsar que los alumnos de educación básica utilicen Internet de las Cosas desde jóvenes, los prepara para ser competitivos y más productivos a corto plazo.

La computación en nube y el rápido desarrollo del Internet de las Cosas (IoT) ha conllevado que otros sectores fuera de la industria tengan avances significativos en el último año: el educativo, por ejemplo.

Hoy, los estudiantes de una escuela que ha adoptado el almacenamiento en Internet, así como el uso de móviles dentro de los programas “alternativos” al interior de las aulas, conocen más temas de programación y creación de aplicaciones a gran escala desde edades tempranas, lo que los prepara para enfrentar a futuro las nuevas solicitudes de los empleadores, o simplemente para convertirse en emprendedores.

El bajo costo que implica hoy en día crear aplicaciones informáticas de alto nivel para controlar equipos entre sí, abrió oportunidades para que los estudiantes de las escuelas secundarias, o inclusive primarias, en algunos países, realizaran actividades que no existían hace una década.

El Internet de las Cosas, al reducir costos del uso de tecnología, ha reducido también la edad de entrada para la programación y el desarrollo. Hace 30 años, cuando muchos de nosotros éramos niños o adolescentes, teníamos que esperar hasta que un desarrollo llegara a la industria profesional para ver las cosas a gran escala. Hoy en día un niño de diez años de edad puede conseguir un kit de Internet de las Cosas y construir un pequeño robot, descargar una aplicación y empezar a programar cómo utilizarlo. Puede hacerlo en un fin de semana.

Innovar y llevar Internet de banda ancha a las escuelas, y utilizarlo para mejorar el proceso de educación, es el incentivo para que los alumnos aprendan diferentes cosas sobre matemáticas y ciencias, que piensen en nuevas ideas, en lo maravilloso que puede explotarse este terreno. Desde pequeños, conocer cómo funciona la nube, el M2M y ponerlos a pensar en sus utilidades, hará que enfoquen mejor la elección de una carrera, y esto impulsará áreas como la ingeniería, que tanto hace falta en México.

Casos de éxito ya existen. Hace unas semanas, Leonore Carr, una profesora de Tecnologías de la Información de Chatswood High School, dijo en un foro de Amazon que el año pasado diez estudiantes mostraron cómo se puede beneficiar la sociedad con desarrollos hechos por los alumnos jóvenes gracias a la computación en nube y el Internet de las Cosas. Ellos crearon una gorra enfocada al área de la medicina, la cual registró cuando una persona tomó su medicina a tiempo, y alerta a través de una app si no lo hizo bien y a tiempo. Muchos de ellos han oído hablar de la nube como un término complejo, y probablemente tienen una idea “razonable” de lo que es, pero realmente no entienden la magnitud y cómo se puede utilizar en el día a día. En Chatswood hay ya 20 estudiantes que realizan diseño y desarrollo de software, un número que podría duplicarse un año después, y un ejemplo que deberían seguir escuelas mexicanas.

El uso que podrían dar los alumnos en escuelas nacionales que cuenten con profesores que usen y entiendan el Internet de las Cosas y la creación de aplicaciones para M2M podría enfocarse en la creación software, la robótica y el control de equipos en el hogar desde un móvil. Puede sonar muy futurista, pero de no iniciar en esta materia, nuevamente nos quedaremos rezagados en temas de competitividad y productividad frente a las nuevas generaciones a escala mundial.