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La ciberdelincuencia se enfrenta cada vez más a barreras contra el robo de identidad, y hoy la biometría es la mejor arma de los servicios financieros y sus clientes.

La biometría se está convirtiendo lentamente en un medio de prevención de actividades delictivas dentro de la industria de servicios financieros, una tendencia que se mantendrá en los próximos meses. Este desarrollo consiste en un análisis de los patrones de comportamiento y físicos únicos para cada individuo para establecer su identidad, y frenar la ciberdelincuencia.

Entre las modalidades utilizadas se encuentran las huellas dactilares, palmares, escaneo del iris, reconocimiento de voz, reconocimiento facial y el ADN. Estos tipos de información se registran y se comparan con fines de autenticación.

Con el aumento masivo de los ataques cibernéticos, los hackers han robado más de mil millones de identidades en todo el mundo. Estos criminales están haciendo que sea extremadamente difícil para los bancos y las empresas financieras protegerse de las brechas de datos y el robo de la identidad del cliente.

Hoy en día los llamados passwords son la forma más fácil de obtener información de los clientes, por la facilidad con que se obtienen por parte de los cibercriminales. Es por ello que la biometría está considerada como la mejor alternativa. Este tipo de información no es transferible, es menos vulnerable a la piratería, y ayuda a a probar la identidad de un cliente con mayor confianza. Sin embargo, mucha gente considera que el que las instituciones financieras tengan este tipo de datos en sus manos es peligroso, pues casi la mitad no confía en estas organizaciones.

En Estados Unidos, millones de personas con cuentas en Bank of America, US Bank, JP Morgan Chase y Wells Fargo utilizan de forma habitual sus huellas digitales para obtener acceso a sus datos bancarios a través de sus teléfonos móviles. Wells Fargo también ha permitido a algunos de sus clientes corporativos puedan escanear sus ojos con sus smartphones con el fin de mover millones de dólares.

Muchos ejecutivos bancarios dicen que la información biométrica del cliente no ha pasado a formar parte de una base de datos privada, como la que sí tiene el FBI conocida como Identificación de Próxima Generación (NGI, por sus siglas en inglés). Se están considerando otras fuentes de información biométrica que incluye la forma del oído, ritmo cardíaco, aroma, forma de caminar, la velocidad de escritura, huellas y geometría de la mano.

Algunos cajeros automáticos empiezan a permitir a los clientes utilizar escaneo de huellas digitales para obtener dinero. Es muy evidente que los nuevos protocolos biométricos son una medida necesaria para las organizaciones financieras con el fin de proteger tanto a sus clientes y a ellos mismos de futuros ataques cibernéticos. Este es el futuro, donde los dispositivos móviles, el internet y el uso de las nuevas tecnologías suman fuerzas para evitar los ciberfraudes.