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Los avances tecnológicos impactan en una organización, siempre y cuando, evolucionen junto a la cultura empresarial.

En países como Estados Unidos y China el crecimiento de la productividad se ha reducido en los últimos años, un dato que pone en duda las inversiones en herramientas tecnológicas. Y aunque algunos afirman que los indicadores ya no corresponden a la realidad actual, estas cifras han originado algunas respuestas.

Para empezar, el concepto de productividad en el ámbito empresarial tiene que ver con optimizar todos los recursos que permiten desarrollar la actividad de la empresa. Ello incluye las instalaciones, los medios técnicos, los recursos económicos y, sobre todo, el esfuerzo de los colaboradores para lograr el mayor rendimiento de los mismos.

Y justo en este último punto parece estar el primer “detalle”, pues en muchos casos el dueño del negocio es quien tiene claros los objetivos detrás de la compra de un equipo o la implementación de algún software o proceso; pero esta información no baja a toda la organización y como todo cambio genera resistencia, aquí es donde las iniciativas encuentran su principal obstáculo. Por eso, si se quiere mantener vigente la empresa y evolucionar con el mercado es necesario comprometerse con la transformación de la de la compañía.

Más allá de la tecnología per se

Otra situación constante es que, si bien al implementar tecnología las tareas se hacen de forma más rápida y eficiente; los viejos usos y costumbres se realizan en paralelo, lo cual consume el doble del tiempo.

Es frecuente que una compañía empiece a automatizar sus procesos de contabilidad, nómina, facturas, inventarios y hasta su ERP (sistema que gestiona y controla de la mejor manera posible los recursos y operaciones de una empresa); pero, al mismo tiempo, los empleados dedican horas a informes y llenado de hojas de cálculo para obtener los mismos resultados.

Un punto fundamental para mejorar la productividad es captar el talento y retenerlo, al combinar los elementos necesarios para crear un buen ambiente organizacional y generar la confianza de los colaboradores.

El capital humano

En este tema es de vital importancia la selección, pues tener en un puesto a la persona equivocada tiene consecuencias económicas negativas para las empresas. De hecho, el equivalente a una mala contratación es perder el doble del salario anual que se le pagaba al empleado, aunado a efectos negativos reflejados en áreas como operación del negocio, rendimiento de la persona y clima laboral, de acuerdo con datos de la firma especializada en reclutamiento Hays.

Por último, cada vez que se implementa una nueva tecnología o se automatiza un proceso, este cambio debe estar apegado a un objetivo de negocio. Tal y como lo hacen en el Grupo Inditex, cuya cadena emblemática es la tienda de ropa Zara, el cual debe su éxito la implementación de una solución que le provee información en tiempo real de los resultados de las compras en todos sus establecimientos y a partir de estos datos definen los modelos de mayor demanda, materiales o colores favoritos de sus clientes. Por esa razón, su dueño asegura que su negocio no es la moda, sino la logística.

Tener claro el objetivo de negocio en todas las áreas no deja dudas ni espacios para obsesionarse con la perfección, enfocarse demasiado tiempo a una misma tarea que solo producirá fatiga mental a sus colaboradores o pedirle a cualquier empleado más de ocho horas, cuando está demostrado que los países más productivos son aquellos en los cuales sus trabajadores realizan jornadas con un promedio de 30 horas a la semana, repartidas en seis horas por cinco días.