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Contrario a la creencia general, la transportación autónoma no ha llegado para sustituir a conductores, sino para potenciar el alcance de las operaciones actuales.

La consultora OliverWyman calcula que durante los próximos 12 años, la transportación autónoma crecerá casi 40 veces más, con una inversión de más de 636 billones de euros, augurando su establecimiento en mucho menos tiempo del que se había calculado.

Se trata de una tendencia que continuará integrándose a la conducción humana, buscando solucionar áreas de oportunidad además de economizar en tiempo y dinero. Muchas marcas líderes han anunciado su participación y han incluso declarado planes de establecimiento en tan solo algunos años.

Ya se han realizado pruebas y las expectativas son grandes. Los testeos continúan de la mano de la asistencia humana, pero en un papel pasivo en donde un conductor asignado funciona más como supervisor, listo para tomar el control del vehículo en caso de una emergencia. El potencial que exponen estas pruebas para el futuro de la logística es más que evidente, siendo la seguridad y eficiencia de tiempos sus mayores atractivos a la fecha.

La tecnología autónoma en transportación ya ha sido utilizada desde hace años en la aviación y algunos sistemas de metro en donde la conducción la lleva acabo la máquina con la supervisión de un humano. Actualmente se busca extender estas funcionalidades a la logística de gran y pequeña escala.

El fin del error humano

Volvo ha anunciado que para el 2020, sus coches tendrán la capacidad de tomar el control en la conducción si detectan el potencial de un accidente fatal. Según algunas investigaciones, el 90% de los accidentes de tráfico son provocados directamente por el conductor y no por fallas mecánicas o de equipo. A partir de este dato, la transportación para el consumo podría sacar enormes ventajas de esta tecnología.

Los traslados por zonas con tráfico pesado podrían ser realizados de forma efectiva, con un flujo continuo e integración inteligente al resto de los vehículos en el área. Esto impactaría también en la capacidad para evitar accidentes en trayectos por carretera. Una máquina, programada para conservar velocidades sostenidas, cálculo real de distancias y proporciones así como conectividad en tiempo real con información sobre el tráfico y el clima mediante sistemas GPS más avanzados.

La seguridad, particularmente en flotillas, tendría un impacto enorme a nivel económico: una reducción significativa en colisiones, problemas de salud en conductores por las largas horas de trabajo y una compensación real en los altos costos que esto representa en la adquisición de seguros de gastos médicos mayores así como seguros de transporte.

La productividad también ganaría terreno, haciendo posible incrementar envíos a varias partes reduciendo los tiempos de traslados, pues los conductores no necesitarían los mismos tiempos de descanso.

La tecnología del transporte autónomo no está lejos, promete muchas ventajas de gran potencial y es innegable que casi toda empresa, sea chica o grande, podría aprovechar beneficios enormes en sus operaciones que a la fecha representan altos costos y riesgos laborales y de daños a terceros.

Este es el siguiente escalón en el futuro de la logística, ¿has pensado cómo integrarlo a tus proyectos de consumo? Para el año 2025 varias automotrices comenzarán a ofrecer múltiples opciones para el traslado autónomo, ahora está en tus manos considerar y establecer estas ventajas en tus operaciones de negocios.