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Pensar que tu empresa hará lo mismo en 10 años para ser exitosa es un grave error; ser un ecosistema innovador  es una característica de vanguardia de cualquier negocio.

Las grandes corporaciones, sin importar los años que tengan en el mercado, han evolucionado su oferta de formas inimaginables. Por ejemplo, Google, que empezó como un buscador; ahora apuesta por los vehículos autónomos y dispositivos para reproducir realidad virtual. Mientras que otras empresas más radicales tienen equipos de trabajo en proyectos pensados para sacar del mercado a sus propios productos más populares y así se han mantenido en la cima: al mantener la innovación como un activo estratégico de negocio.

Pero ¿cómo o por dónde empezar a impulsarla? Los expertos coinciden al señalar que este tema requiere venir desde la cúpula de cada organización y que los indicadores de su éxito deben ser económicos.

También, establecen que cualquier tipo de negocio, hasta el que se considere más tradicional, puede sacar ventaja de la innovación al hiperespecializarse u optar por incluir tecnología, comercio electrónico o alianzas con startups. Así, tenemos el caso de la medicina o los grandes laboratorios que han optado por el desarrollo de aplicaciones para distintos padecimientos con lo que garantizan la fidelidad de los clientes.

Entonces, lo primero que se debe hacer para implementar una estrategia es planificar, asignar recursos (tiempo, personas, materiales) y establecer objetivos concretos.

Para realizar esta planificación es de suma importancia tener en cuenta a qué desafíos se enfrenta la compañía y las alternativas para resolver estos retos serán los pilares del plan. No obstante, siempre habrá prioridades en cada organización y éstas serán la brújula del plan de acción y recursos asignados.

Si se trata de un producto o servicio, las respuestas las da el mercado, pues de los consumidores vienen las nuevas oportunidades no cubiertas o alternativas para mejorar los productos o servicios actuales. En el caso de que haga productos como comida, juguetes o muebles, que no se transformarán de manera radical; el punto aquí es plantearse nuevas estrategias de marketing o cambios en los puntos de venta.

Y si tu empresa es de servicios, lo que podrían proponerse son soluciones tecnológicas como un Customer Relationship Management (CRM), un término que se usa para designar ciertas metodologías y software que ayudan a establecer relaciones personalizadas con los clientes con el objetivo de mejorar su satisfacción.

En el caso de las aseguradoras, por ejemplo, éstas ya trabajan con científicos de datos para que, en el mediano plazo; cuando los autos inteligentes circulen por las calles de todas las ciudades, las primas sean ad hoc al tipo de manejo de los asegurados.

Otro punto valioso es buscar nuevas opciones para mejorar las capacidades disponibles: capacitación al personal, integración de equipos con personas de edades y profesiones distintas han sido desde hace años tácticas que ejecutan empresas como IBM, que incluso ha conformado proyectos muy exitosos con artistas plásticos en sus filas.

Quizá, por último, habrá que tener en cuenta que es necesario romper con el statu quo de la organización y la resistencia al cambio será algo natural, pues las personas sentimos cierto temor ante lo desconocido. Por ello, una vez conformado y aprobado el plan, lo segundo más importante es difundirlo y tomar en consideración las propuestas constructivas de sus colaboradores; pues ellos pueden enriquecer el proyecto, volverlo exitoso y ser parte de un círculo virtuoso en el que todos ganan.