Telcel Empresas Articulos

México registra datos conservadores por uso de tecnología RFID por lo que implementarla te dará ventajas en trazabilidad sobre tus competidores. ¡Cónocela!

El Internet de las Cosas surgió porque se desconocía el lugar físico exacto en el que se encontraba un lote de lápices labiales tanto en tiendas como en el conglomerado de Procter & Gamble. No sólo eso, también se carecía de un registro preciso de ventas, existencias y demás información del producto. Ante esta problemática inaudita, Kevin Ashton –quien acuñó el término Internet de las Cosas- puso todo su empeño para buscar una solución, la respuesta la encontró en los dispositivos de identificación por radiofrecuencia (RFID).

Aunque esta tecnología, según varias fuentes es utilizada desde la Segunda Guerra Mundial, Ashton propuso que debería haber mejoras para la identificación de objetos de uso masivo, es así que nace el Auto ID Center del MIT fundado por David Brock y Sanjay Sarma.

De esta manera, el Auto ID Center del MIT, bajo el liderazgo de Brock y Sarma, concibió un sistema completo que consistió en el Código Electrónico de Producto (ePC), estándares de EPC Global y tecnología RFID.

Es así, con todas estas innovaciones incrementales, que las etiquetas RFID llegaron a las cadenas de suministro, a los almacenes y desde luego a las tiendas.

Más allá de la información que puedes incorporar a las etiquetas RFID sobre determinado producto y que pueden ayudarte en el momento en que lo requieras, el proceso en el que esta tecnología puede ser de gran utilidad para tu empresa, es en el de trazabilidad.

Recordemos que la trazabilidad en logística son los “procedimientos que permiten controlar el histórico, la situación física y la trayectoria de un producto o lote de productos a lo largo de la cadena de suministro en un momento dado, a través de unas herramientas determinadas”.

Con las etiquetas RFID esta trazabilidad se vuelve automática y mucho más eficiente. Por ejemplo, si colocaste la etiqueta inteligente en algún lote o producto para darle seguimiento, posteriormente bastará por pasar por los pasillos de tu almacén y localizar el lote que necesitas. Los lectores de RFID pueden leer los códigos a través de cartón o plástico sin dificultad y darte información de lo que contienen en su interior sin necesidad de abrirlos. Incluso no es necesario tener a una persona en el almacén buscando determinada mercancía, si se coloca el lector en una carretilla elevadora, esta los puede identificar sin problemas.

Una vez salido tu lote de productos con RFID del almacén, este incluso puede contener la información de su destino (sucursal o tienda final) y la unidad vehicular (ruta) en la que deberá transportarse para agilizar su distribución.

Al llegar a la tienda, en la que las estanterías deberán tener lectores de RFID éstas indicarán su llegada y posteriormente, si han sido vendidas o han sido cambiadas de estantes al interior de la tienda.

De esta manera, las etiquetas RFID y toda la tecnología necesaria para su implementación son una herramienta innovadora para optimizar la trazabilidad de tus mercancías o productos.

La solución que buscaba Kevin Ashton es ahora una realidad. Con la tecnología RFID nunca más un lápiz labial perdido.